Ahora dejo por aquí la reseña, la opinión, de uno de los últimos libros que he leído. Ojalá os llame la atención.
Os saluda,
Alberto.
CRÍTICA
DE BELLENUIT 2: LA OCTAVA PUNTA DE LA ESTRELLA, DE JUANJO DE GOYA
Tras una notable primera parte,
Juanjo de Goya nos ofrece ahora un mundo fantástico lleno de intriga, fantasía
y mucha, mucha magia
Bellenuit es como un buen disco conceptual. A
la primera te sorprende, pero sabes que lo que estás leyendo, lo que estás
escuchando, va mucho más allá. Así, al menos, me he sentido yo al acabar con su
segunda parte (a mi modo de ver, algo más interesante que la primera ―ya
comentada en fantasymundo―, lo cual es un logro). Quizás muchos hayáis oído hablar en su
momento de esta trilogía, con la puesta en marcha de “El corazón del tiempo”,
primera parte de la saga. Quizás os suene la historia de aquella chica que ve
cómo se detiene el tiempo. ¿No es impactante el ver cómo todo se para a tu
alrededor? Tal inicio es prometedor de por sí, y en la primera parte Juanjo nos
explica el porqué de tal evento. Ahora empezamos a ver las consecuencias.
Juanjo
de Goya y yo tenemos muchas cosas en común. Para los más avispados la primera
coincidencia: publicamos en la misma editorial. Pero aparte de tal cosa, ambos
somos leoneses (bueno, yo lo soy casi. O no lo soy. O si. Leonés, que carajo,
desde guaje). Y Juanjo es descendiente de Francisco de Goya. Y yo… bueno, yo
soy descendiente de Velarde, uno de los héroes de la guerra de la Independencia
Española. Y vaya, ambos personajes históricos están bastante relacionados. Así
que... sí que tenemos cosas en común, sí.
Resumí
en su momento “El corazón del tiempo” como una vuelta de tuerca al “Momo” de
Michael Ende (libro que me confesó el autor que no había leído). Para seguir
con los símiles y ayudar al lector, “La octava punta de la estrella” tiene dos
referentes claros para mí (si me equivoco como la otra vez, que me perdone el
autor). Uno es Harry Potter y el otro el Final Fantasy VIII. ¿Cómo os quedáis?
Veréis,
esta segunda parte es toda una novela de iniciación, y con lo me gustan a mí
las novelas de iniciación, pues ya me tenía bien ganando Juanjo. Hay un gran
cambio de un libro a otro y la protagonista, Alejandra, debe amoldarse a este
cambio. Y por eso tiene ese toque tan bueno de Harry Potter, una gran novela de
iniciación año tras año, por otra parte. Y a Final Fantasy VIII me recordó por
el escenario: la escuela por la que debe pasar Alejandra, en mi mente, era
calcada a la “Universidad” que vemos las primeras horas del juego de Square. Y
si digo que es mi entrega favorita de la saga, pues más ganado. Y otro puntos,
y otro…
Por
otra parte, en el sentido literario del adjetivo, “La octava punta de la
estrella” es mejor que su predecesora. Juanjo demuestra un control muy efectivo
de nuestra lengua. El ritmo no aparece y desaparece, los personajes van y
vienen siempre con intensidad. Sin problemas en este campo. ¿Que tiene fallos?
Yo veo uno, aunque es muy personal. Entre la primera y la segunda parte de esta
saga, en más o menos un año, yo he leído, según mi biblioteca, 68 libros. Y me
costó entrar un poco en la novela, ya que apenas recordaba de la primera parte
los puntos principales, y algún personaje que otro, pero los menos. Y ni en el
libro ni en Internet encontré un “resumen avanzado de la primera parte”. Y me
perdí un poco. Se lo dije al autor antes de publicarla, y él no lo vio necesario,
aunque me dijo que sí que lo piensa hacer en la tercera parte. ¡Trata bien a los
que tenemos poca memoria, Juanjo!
“La
octava punta de la estrella”, concluyo, es una sobresaliente continuación. Si
te gustó la primera, ten pon seguro que esta te gustará más. Pero lo mejor de
todo es que debería de ser un buen impulso para los que no se atrevieron con la
primera parte. No lo olvidéis. Nos vemos, quizás me vaya a saltar a algún
sitio.